Descripción
Endurecidos por años de entrenamiento dedicados a la agogé, los jóvenes espartanos entrenaban para convertirse en guerreros desde los siete años para luego convertirse en un paidískos, o reservas espartanos, en los últimos años de la adolescencia. Una vez separados de sus madres, el primer ciclo de su entrenamiento era el paides, durante el mismo vivían comunitariamente en uno de los barracones para las sisitias de Esparta. Aquí se entrenaban y comían juntos, aprendían de sus mayores y se les malnutría para endurecerlos y acostumbrarlos a pasar hambre y enseñarles a ser autosuficientes. También se les privaba de vestimentas y solo se les daba una capa roja al año. Esto enseñaba a los muchachos a robar, y se les castigaba con dureza si se les descubría, no por el hecho de robar a los esclavos ilotas, sino por haber sido descubiertos. A los dieciocho años se convertían en paidískos y se unían a las tropas como reservistas durante dos años. Armados con la lanza hoplita y el hoplón y acorazados con telas rígidas, ayudaban a los espartanos más veteranos durante la batalla. Unos cuantos elegidos también serían reclutados para la krypteia, una organización secreta de la que se esperaba que espiase, robase y matase a los ilotas. Con el fin de mantener la sumisión de los ilotas y como prueba de habilidad, cada otoño se les declaraba la guerra, lo que justificaba las actividades de la krypteia.
