Cuatrirreme de asalto, Príncipes
Coste de reclutamiento | 750 | |
Coste de mantenimiento | 150 | |
Salud de los barcos | 825 | |
Velocidad de barcos | 5 | |
At. cuerpo a cuerpo | 47 | |
Daño de armas | 35 | |
Def. cuerpo a cuerpo | 53 | |
Armadura | 75 | |
Salud | 60 |
Habilidades
Puntos fuertes y débiles
- Resistencia del casco normal
- Tripulación normal
- Velocidad normal
- Embestida normal
- Abordaje normal
- Buena capacidad de ataque
- Capacidad de defensa normal
- Inflige daños medios pero posee una escasa perforación de armaduras
- Moral normal
Descripción
Existe un gran debate sobre cómo funcionaban estos enormes navíos antiguos, los principios se entienden, pero los detalles no están siempre claros. Si se traduce el nombre literalmente, el cuatrirreme romano o el tetreres griego tenía cuatro hileras de remos. Sin embargo, no está claro cómo cuatro remos con un remero cada uno se podían usar sin que se enredaran, incluso con una tripulación muy entrenada, o cómo los remeros de arriba podían manejar los remos extremadamente largos con un ángulo inclinado y ayudar en la propulsión. Lo más probable es que "remo" se usase como sinónimo de "remero" y la hilera más baja tuviera más de un hombre por remo. La otra opción era la de volver a la doble fila de remos, con dos hombres cada una. Construir barcos con dos hileras de remos también habría sido más barato. Fuese como fuese, el resultado era un barco que podía competir en velocidad con el trirreme más ligero, pero con más espacio para la cubierta por lo que podía tener un contingente de combate más grande o más artillería.
Durante el siglo IV a. C., los romanos abandonaron la falange en favor de las tropas de asteros, príncipes y triarios. Estos se desplegaban en manípulos, bloques compactos de hombres, situados siguiendo el patrón de un tablero de ajedrez. Esto les permitía moverse con más agilidad por el campo de batalla, al contrario de lo que sucedía con la falange.
Como la mayoría de las ciudades-estado más sofisticadas del mundo antiguo, Roma esperaba de sus hombres que lucharan y aportasen su propio equipo para la guerra cuando fuese necesario. Los más cínicos podrían observar que la legión manipular también mantenía la jerarquía de Roma. Los reclutas más jóvenes y menos adinerados componían los asteros, la primera línea de batalla de la legión romana. Detrás de estos se situaban los príncipes, más viejos y con más dinero, y finalmente estaban los triarios, donde se situaban los guerreros más experimentados. "Ir a los triarios" era un dicho romano que se aplicaba a todo tipo de situaciones. Significaba que se había intentado todo y que nada había sido útil.