Descripción
Apreciados por sus raudos y fuertes caballos, la arcaica caballería tracia se componía primordialmente de escaramuzadores. Sus armas variaban de tribu a tribu, pero lo más normal era que usasen jabalinas y espadas kopis, aunque las tribus orientales eran conocidas por su habilidad con el arco compuesto.
Los tracios montaban sin armadura y solo llevaban el escudo en forma de cuarto creciente lunar o pelta. Principalmente luchaban a pie y llevaban la pelta en la espalda cuando montaban a caballo.
La poca caballería de Tracia era empleada como la guardia del rey. Esto cambiaría con la introducción de la silla de montar, en el siglo IV a. C. Su uso fue adoptado seguramente de sus vecinos escitas o de los invasores celtas. El uso de la silla de montar hizo que la caballería tracia se armara más, y los jinetes comenzaron a llevar cascos de metal y corazas y a usar un escudo redondo. Su armamento también cambió y comenzaron a emplear la lanza y la sica. La forma curva de esta espada tracia le permitía cortar con facilidad cualquier miembro.
