Se cree que el castillo Maiden, en Dorset, poseía unas sobresalientes defensas, construidas hacia el 350 a. C. Estas se fueron añadiendo poco a poco y, entre ellas, destaca la presencia de gruesas murallas de piedra caliza que protegían a una población de varios cientos de personas. Puede que el detalle más interesante del castillo Maiden sea su almacén de munición. Era un pozo de grandes dimensiones situado dentro de la puerta este que albergaba veinte mil piedras cuidadosamente seleccionadas que servían como munición para las hondas durante los asedios.
