Triarios
Coste de reclutamiento | 790 | |
Coste de mantenimiento | 140 | |
At. cuerpo a cuerpo | 31 | |
Daño de armas | 29 | |
Bonif. vs jinetes | 20 | |
Bonificación de carga | 24 | |
Def. cuerpo a cuerpo | 64 | |
Armadura | 95 | |
Salud | 65 | |
Moral base | 65 |
Habilidades
- Cuadro
- Disciplinados
- Ataque ordenado
- Esconderse en el bosque
- Testudo defensiva
Puntos fuertes y débiles
- Muy buena unidad defensiva
- Causa pocos daños pero cuenta con una perforación de armaduras normal
- Ataque normal
- Goza de una buena moral
Descripción
Durante el siglo IV a. C., los romanos abandonaron la falange en favor de las tropas de asteros, príncipes y triarios. Estos se desplegaban en manípulos, bloques compactos de hombres, situados siguiendo el patrón de un tablero de ajedrez. Esto les permitía moverse con más agilidad por el campo de batalla, al contrario de lo que sucedía con la falange.
Como la mayoría de las ciudades-estado más sofisticadas del mundo antiguo, Roma esperaba de sus hombres que lucharan y aportasen su propio equipo para la guerra cuando fuese necesario. Los más cínicos podrían observar que la legión manipular también mantenía la jerarquía de Roma. Los reclutas más jóvenes y menos adinerados componían los asteros, la primera línea de batalla de la legión romana. Detrás de estos se situaban los príncipes, más viejos y con más dinero, y finalmente estaban los triarios, donde se situaban los guerreros más experimentados. "Ir a los triarios" era un dicho romano que se aplicaba a todo tipo de situaciones. Significaba que se había intentado todo y que nada había sido útil.