Caballería auxiliar
Coste de reclutamiento | 800 | |
Coste de mantenimiento | 140 | |
At. cuerpo a cuerpo | 40 | |
Daño de armas | 25 | |
Bonif. vs jinetes | 15 | |
Bonificación de carga | 37 | |
Def. cuerpo a cuerpo | 37 | |
Armadura | 70 | |
Salud | 85 | |
Moral base | 55 |
Habilidades
Puntos fuertes y débiles
- Buena capacidad de ataque
- Capacidad de defensa normal
- Causa pocos daños pero cuenta con una perforación de armaduras normal
- Moral normal
Descripción
Los tureos eran grandes escudos ovalados que se hicieron muy comunes en todo el mundo helénico a partir del siglo III a. C. Estos escudos, hechos de madera y recubiertos de piel, diferían de los antiguos hoplones griegos por la agarradera que llevaban en el centro, protegida por un refuerzo vertical que cubría toda la longitud del escudo, el cual podía reforzarse aún más añadiendo una plancha de metal que protegiera la agarradera y la mano del soldado. Inspirados en los escudos semirrectangulares y ovalados de los celtas, quizás debido a su contacto con los migratorios gálatas, su uso debió de extenderse primero entre las tribus ilirias y tracias, para ser luego adoptado por los griegos. Aunque el tureo era de gran tamaño, seguía siendo bastante ligero en comparación con el hoplón tradicional y no tardó en ser adoptado por los peltastas de armadura pesada. Los tureóforos, llamados así a causa del escudo que portaban, podían luchar como peltastas normales, ejecutando escaramuzas con sus jabalinas, pero también podían adoptar, gracias a sus escudos y lanzas más grandes, una formación parecida a la falange. Debido a su versátil y eficaz diseño, el tureo fue adoptado por muchos ejércitos, incluidas las tropas auxiliares y la caballería de las legiones romanas posteriores.