Hemiolia de asalto, Jabalineros orientales
Coste de reclutamiento | 440 | |
Coste de mantenimiento | 88 | |
Daño de proyectiles | 41 | |
Alcance | 80 | |
Disparos por minuto | 7 | |
Salud de los barcos | 467 | |
Velocidad de barcos | 6 | |
At. cuerpo a cuerpo | 8 | |
Daño de armas | 24 | |
Def. cuerpo a cuerpo | 37 | |
Armadura | 15 | |
Salud | 45 |
Habilidades
- Resistente a la fatiga
- Esconderse en el bosque y en los matorrales
- Resistente al calor
- Disparo incendiario
Puntos fuertes y débiles
- Muy pobre resistencia del casco
- Tripulación ligera
- Grandísima velocidad
- Embestida débil
- Abordaje muy pobre
- Combate con proyectiles pobre
- Corto alcance
- Gran velocidad de disparo
- Inflige muchísimo daño y cuenta con una muy buena perforación de armaduras
- Muy débil cuerpo a cuerpo
- Moral muy escasa
Descripción
La hemiolia era una galera ligera, una de las embarcaciones preferidas de los piratas del mundo antiguo. Evolucionó a partir del birreme, un barco que contaba con dos cubiertas completas de remos. La hemiolia redujo el número de remos en la cubierta superior y dejó más o menos la mitad de remos y remeros en la sección central del barco. Este menor número de remeros influía poco en la velocidad general porque el peso de carga también disminuía. Gracias a que usaba tanto remos como velas, y dado que su tripulación podía cambiar el modo de propulsión con rapidez, la hemiolia resultó ser la embarcación ideal para perseguir los ricos navíos mercantes, más grandes y pesados. Los abordajes se iniciaban desde las hemiolias, las embestidas no eran una táctica útil, pues los botines acaban más con los peces que enriqueciendo a los piratas. La velocidad y agilidad de las hemiolias las hacía útiles para la exploración, como barcos de suministro y para rematar a los barcos dañados en las batallas.
La jabalina se cuenta entre las armas más antiguas usadas por manos humanas. Equipados con jabalinas y poco más, los escaramuzadores hostigaban al enemigo y se cebaban con las falanges de hoplitas antes de retirarse rápidamente. Esta era la típica táctica de todas las tropas con jabalinas que no llevaban armadura: atacar a distancia, para luego refugiarse tras la infantería con armadura pesada, o continuar atacando; pero siempre manteniéndose lejos del alcance enemigo. Este hostigamiento podía ser muy efectivo; en el 391 a. C., en la batalla de Lechaeum, un ejército de espartanos, que carecía del apoyo de los escaramuzadores y la caballería, sufrió grandes bajas a manos de unos atenienses armados con jabalinas que no quisieron enfrentarse a ellos en un combate cuerpo a cuerpo. Con el tiempo, los escudos se hicieron más comunes, como los usados por los peltastas griegos y tracios, por lo que estos soldados fueron desplazados por los tureóforos. Sin embargo, los jabalineros y otros soldados no regulares jugaron un papel importante en muchos ejércitos a lo largo de toda la antigüedad.