Artillería defensiva mejorada
- +10% a los daños por proyectiles infligidos por las armas de asedio
- +10% a los daños de la torre de la urbe
- +10% de disparos por minuto desde la torre de la ciudad
Descripción
A medida que los ejércitos mejoraron sus máquinas de asedio y desarrollaron una artillería capaz de derribar las murallas de los asentamientos, los defensores se vieron obligados a adaptar sus tácticas y su equipo para contrarrestar la amenaza. Una entrada flanqueada por torres ya no era suficiente para repeler a un enemigo decidido. Las torres defensivas y las plataformas crecieron para acomodar no solo a los arqueros y a los honderos, sino a las máquinas de artillería también. Durante el asedio de Lilibea en el 274 a. C., los cartagineses colocaron catapultas a lo largo de sus murallas para defenderse de los ejércitos de Pirro, cuyos hombres se vieron obligados a abandonar el ataque debido al peso del bombardeo de artillería.